Hablar por hablar

“Hablar por hablar es mucho más que un programa de radio. Es un lugar de encuentros en la madrugada donde los oyentes hablan por el placer de hablar: sin explicaciones, sin remordimientos, sin culpa, sin obligación de justificarse ante nadie… Y hablar sirve, en ocasiones, para descubrir que no sabemos quiénes somos, ni dónde estamos, y que tenemos que empezar a buscarnos... “

Esta es la definición que podemos encontrar en la página web de la Cadena SER donde hacen referencia al libro con el mismo nombre y que creo que refleja el espíritu del programa.

Yo lo he escuchado más de una vez y desde hace muchos años (escuchaba a Gemma Nierga, esto situara a los oyentes del programa) aunque no soy un oyente fiel al programa, sino que llego a el tras alargar sobre manera la escucha del larguero y si recurro a él para curar noches de insomnio o de darles más vueltas de la cuenta a la cabeza con algún tema sin solución o solución complicada. No es que se cuenten desgracias y eso te haga estar mejor porque compares tu vida con las de los participantes en el programa sino que te vas involucrando y olvidando un poco de ti y prestando atención a los demás, se habla de todo y sin tapujos, se hace en un ambiente muy agradable y siempre con el halo de tranquilidad que da la madrugada, en silencio como si querer hacer ruido. También se dan esas noches de desenfreno y locura donde se comienza con un chiste o un comentario de los “chatines” y se produce una reacción en cadena por parte de todos.

Más de una noche me he desvelado en la madrugada y me he sorprendido con los cascos puestos de la mini-cadena y esta todavía funcionando y me he quedado un poco escuchando de nuevo las disparatadas aunque reales historias que en el programa se escuchan y otras me he dicho a mi mismo pero qué haces que te vas a quedar sordo con tanto casco en las orejas sin escuchar.

Hace así como un mes decidí entrar en el chat y ver qué pasaba por allí, ya que siempre tenía curiosidad de qué ambiente se respiraría en ese chat tan animado que participaba como un interlocutor más en la realización del programa. Me di cuenta que su ritmo era endiablado y aunque todavía no había comenzado el programa radiofónico ya había más de 250 participantes, por lo demás no me llamó la atención hasta que me di cuenta de que eran conversaciones desenfadadas aunque nada excluyentes ni ofensivas, saludé y de pronto ya te invitan a comer de una tortilla virtual que compartían entre varios y de las cuales ya habían rendido cuenta por lo cual me quede sin catar.

Últimamente chateo muy poquito pero me doy cuenta que tengo una potra impresionante porque doy con gente con la que se puede hablar y que no tiene inconvenientes en conocer gente. Sé quienes se darán por aludid@s en cuanto lean esto aunque no sé si lo leerán. Esperaré noticias suyas.